Mi padre me dijo ¡a la escuela!
¿quéee? No era posible, yo estaba de vacaciones! Pero no hubo más que ir, aunque
a regañadientes. No entendía que decisiones tomaban y ni siquiera preguntaban.
Allí voy con lluvia y frio, con una gabardina que no sé de quien sería, la
sacaron de un baúl y para que te digo, el cabreamiento que cogí, pero allí voy
¡papanatas! que era yo. Pero llegando a la Capilla de San Pedro me la quitaba,
la dejaba escondida. No doy descrito esa dichosa gabardina aunque la recuerdo
bien, no tenía ni ton ni son y por encima era como 2 tallas más que yo, ¡fue
horrible!
Después discutí con papá. Me manda a la escuela, pero iban alumnos de
primaria y yo ya la había cursado! Me castigaron sin salir y a escribir en casa
(no se me fuera a olvidar). Esa temporada discutí mucho con mis padres, hasta
que parece que recapacitaron, no volví a la escuela.
Llegó junio y empezaron las fiestas del verano, cada pueblo tenía su Santo
y hacían la fiesta. Así que hasta agosto había muchas fiestas. Pero sólo me
dejaron ir con mis primas a la fiesta del Carmen. Había que caminar como 2 km. Me
gustó, pues se juntaban los pueblos vecinos e íbamos todos juntos cantando, era
divertido. Llego el mes de agosto, la fiesta de La Asunción era la más popular
y de muchísima gente. Mi prima me hizo un vestido blanco para ese día y fui al
baile. Llegamos a casa a las 3 de la mañana, yo bailé con chicos, wuau! Fue
nuevo para mí y allí empecé a tener conversaciones con chicos más mayores. No
estaba acostumbrada pero salí airosa.
En esa temporada siento que empecé a cambiar mi actitud. Me volví más tímida,
más seria, me parece que fue un cambio de niña a mujer. A los pocos días de la
fiesta, empezó a circular una canción! Alfredo de la Canteira que con la Susa
quiere bailar! No la se completa, y me
llamaban la vestidita de blanco! Parece que a los mozos les guste mucho, que
todos se rifaban a bailar conmigo! Esto es vanidad, yo lo cuento y me siento
mal, pero si lo sabe Dios que lo sepa el mundo! Como comprenderán yo en vez de
pavonearme por allí seguí siendo la misma, lo cual, hoy que lo recuerdo, estoy
contenta de seguir siendo yo.
Vaya cambio, de una gabardina enorme a un vestidito que causó sensación.
ResponderEliminarQue papanatas eras jajaj
ResponderEliminarpues si era la inocencia pura ,sali al mundo pensando que era bueno ,y esa epoca fue buena ,se que me querian que me respetaban ,mis pensamientos sanos y mis actutudes dulces ,podia ayudar con cariño ,y sabia escuchar.Sabia reir ,y aun con lluvia y cielo gris para mi brillaba el sol ,nunca olvidare esa epoca .
ResponderEliminarme gustaria repetirla ,con la capacidad y salud que Dios me da a pesar de mis años ,se que aun puedo ,pero se que muchas ya se fueron ,pero las tengo a vosotras que me podreis ayudar a vivir os quiero mis hijas
Buena historia.
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