jueves, 10 de noviembre de 2011

20-N


Querida M:
Me da gusto que te tomes en serio la primera vez que puedes ejercer tu derecho a votar y, voy a intentar explicar de una forma imparcial qué proponen los partidos políticos que se presentan a estas elecciones generales y tienen posibilidades de entrar en el Congreso.
Sólo escribiré de los partidos por los que podrás votar. De modo que no hablaré de otros partidos que no presentan candidaturas en tu provincia.
La democracia es para tomarla en serio y España lo ha hecho. Antes del parlamento inglés que doblegó a su rey Juan, el reino de León lo intentó. Los distintos reinos que integraban la Corona de Aragón respetaron sus respectivas Cortes, que tenían que aprobar nuevos impuestos y limitaban el poder del rey soberano. Los comuneros de Castilla intentaron frenar el poder omnímodo de Carlos I, sin éxito. Tras la guerra de secesión, Felipe V acabó con estos embriones de órganos de representación aragoneses.
Pero es tras la invasión de Napoleón cuando nace la nación española. Madrid se opone en las calles contra la imposición francesa, aunque sea liberal. Cádiz propone su propia vía, la Constitución de 1812. El Zócalo se llama Plaza de la Constitución en honor a la Pepa, que aspiraba a regir a todos los españoles, tanto a los nacidos en la península como en ultramar. Fernando VII la traicionó y no hubo forma de que conservadores y liberales se pusieran de acuerdo, hasta que Alfonso XII puso orden tras la caída de la Primera República. Bueno, fueron más de cincuenta años en el que las elecciones daban paso a una alternancia de gobierno. En aquel entonces el PSOE daba sus primeros pasos, en busca de la revolución. La incipiente industria originó un poderoso movimiento anarquista que también lo intentó, pero la represión solía ser violenta y nunca hubo margen suficiente para la negociación.
Así, unos creyeron ganar el pulso al rey Alfonso XIII cuando en 1931 se proclamó la Segunda República, pero otros opusieron resistencia a las fuerzas más radicales y la Guerra Civil sepultó de nuevo la escasa cordura que asomaba por los rincones.
Pero una vez que Franco murió, los falangistas más moderados pactaron con socialistas y comunistas una ruptura que permitió unas elecciones democráticas en 1977, las primeras en 41 años. La Constitución de 1978 puso de acuerdo a casi todos y por eso esta democracia parlamentaria ha durado casi otros tantos.
Sin embargo esta democracia parece algo oxidada, medio podrida. Pero no debemos perder la esperanza en ella y buscar su fortalecimiento, sin atajos.
Ben, por hoxe xa chega ben. Boas noites.

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