viernes, 15 de abril de 2011

Reflexiones de la abuela: Non tero

foto: año 1945
Nací en una aldea un mes de noviembre, me imagino el frío que haría, esta intrusa tuvo un gran peso al nacer, por circunstancias de la época mi madre estuvo muy grave y no me pudo criar, y con la solidaridad  que hay en estos entornos me criaron las mujeres que criaban a sus hijos que nacieron en mi misma generación, de turnaban para darme de mamar, así salí adelante por la bondad de estas gentes.
Después de unos meses todo volvió a la normalidad, mi padre tenía la taberna del pueblo, cuando él tenía que ir por vino quedaba mi madre y a la intrusita la sentaban en un cajón y aprendió a hablar sus palabras eran todas las palabrotas que se acostumbra a decir en tabernas y para colmo me daban de merienda una taza de vino con pan y azúcar, ya se pueden imaginar mis coloretes, no eran rojos ¡eran morados! y hasta la fecha los conservo.
Pero cuando se tomó la decisión emigrar, tuvimos que sacarnos el pasaporte y ahí va la intrusita  que no quería sacarse la foto “non tero, non tero…” ,  el pobre fotógrafo se desespero y dijo: non tero, non tero y acabouse”.
Por fin llego la hora marchar, fuimos en tren a Lisboa y ahí en avión hasta Nueva York donde tomamos un tren a San Luis Potosí.  Íbamos con el hermano mayor de mi padre y
su familia. A mi tío le faltaba un brazo y con todo eso me apretaba fuerte para castigarme o a enseñarme. Mis primos, ya grandes, se avergonzaban de la intrusita, pero digo yo hoy, ¿que esperaban de esta intrusita rebelde y mal hablada? Era lo que había aprendido y no fue por culpa de mis padres fueron las circunstancias de la vida.

Continuará…

2 comentarios:

  1. Y yo se que esa intrusita sigue haciendo de las suyas, perdiendo las chanclas y caminando descalza, desenfadada y sin prejuicios, feliz y libre por Valença y por el mundo...... No es verdad??????

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