Me hubiera gustado escribirte el pasado fin de semana, pero pues ni modo. Después de una semana tan turbulenta, recordé el desprestigio que en los últimos tiempos tenemos los economistas. ¿Será España rescatada?
- España será rescatada e intentarán decir que es otra cosa.
Una semana después, sorprendentemente para mí al menos por la rapidez, la pregunta ya ha quedado contestada. Ahora, de nada sirve que diga como aquél amigo mío, cuando dijo aquello de:
- No lo publiqué, pero sí lo dije.
No me arrepiento de haber ido a Madrid, la noche del 20 de noviembre, a celebrar el triunfo del PP en las elecciones. Pero en el fin de semana del rescate me he acordado de las frases que aquella noche de alegría me emocionaron y recordé en este blog. No me sentí orgulloso de ser español. España sigue siendo parte del problema (de Europa) y no parte de la solución. Es en los momentos difíciles cuando se mide el temple de los hombres y de los pueblos. Pues eso.
Lo que ha ocurrido este sábado simboliza el final de un gran fracaso colectivo. El sistema político concebido por la Constitución del 78 no se sostiene. Pero es que, además, resiste y contradice las normas mas elementales de un sencillo análisis económico de coste-beneficio. Más de ocho mil ayuntamientos, cincuenta diputaciones provinciales, diecisiete comunidades autónomas, dos ciudades autónomas, con sus correspondientes tres poderes; por todos lados han proliferado servicios por duplicado y por triplicado. Todos se creen con derecho a todo.
Este gobierno, como ya le pasaba en la oposición, tiene un gravísimo problema de comunicación. No andaba desencaminado el senador pepero que le recomendaba a Rajoy explicarse en prime time. Ya es difícil recuperar la confianza cuando ésta se pierde, créeme.
Los mercados somos todos. Es un buen ejemplo de un mercado perfectamente competitivo: hay infinitos demandantes e infinitos oferentes. Imagínate que estás ahí y recibes los siguientes mensajes:
- El gobierno estima el déficit público en un 8%. El primer error de diciembre fue dar por buenas las cuentas del anterior gobierno antes de haberlas analizado siquiera. Nadie en su sano juicio podía creer que el objetivo de Elena Salgado se iba a conseguir. Pero filliño, ¡si ya habías ganado las elecciones! Pero luego a cada ministro que lo ponen un micrófono delante no se le ocurre hacer otra cosa mejor que hacer su porra. Resulta que era un 8,5%. Al final, en mayo, sube al 8,9%. ¡Bueno! ¿Ya es el definitivo? ¿Seguro? Sí, y la prioridad sigue siendo reducir el déficit público. Y ¿cuál es el objetivo para este año? El 4,4% del PIB. Bueno, hombre, ése era antes, a ver si ponemos otro, que volvemos a estar en recesión; lo primordial es llegar al 3% en el 2012. ¿Ah, sí? Sí, ¿no? vamos a eleborar nuestro presupuesto y ahí estará el objetivo de déficit, en estrecho concubinato. Pero después de las elecciones en Andalucía ¿eh? que acabamos de llegar y los otros lo dejaron sin hacer! ¿Cuál dijiste? Un 5,8%.
Fue entonces cuando, por primera vez desde julio, la prima española superó a la italiana. ¿Por fin, en qué quedamos? ¿Qué tal un 5,3? Venga, va. Pues no, no te creo. Ni la Unión Europea ni el FMI se lo han creído. Pero es que más de la mitad del gasto no está en el gobierno central, ¿cómo vas a controlar a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos? Con la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que acabo de aprobar. Aquí, parece que Cataluña tiene razón, cuando se queja de que el gobierno predica austeridad para los demás, pero no para él. Desgraciadamente, a pesar de que Montoro ha conseguido embridar a todos, a mí no me salen las cuentas.
- Recortes, recortes y más recortes. A pesar de que casi el 60% del presupuesto nacional se destina a las prestaciones que paga la Seguridad Social, se nos quiere hacer creer que quieren quitarnos todo. No importa que se haya restituido el poder adquisitivo de las pensiones mínimas, ni que se haya mantenido el de las prestaciones por desempleo, o que no se haya dejado de conceder una sola beca. Los recortes tienen la culpa de todo, cualquier acción impopular de gobierno ha recibido el calificativo de recorte, lo sea o no. Pero, adivina cuánto dinero ha inyectado el gobierno en la economía los últimos tres años. Uuuuuu frío, frío: 290.000 millones de €uros. Se acabó, dicen que dijo el nuevo Presidente del Gobierno.
Este gobierno cogió la tijera sin determinación y prefirió una ayudita subiendo los impuestos. Como el principio del principio no estuvo mal, pero pudieron haber ido mucho más allá. Puesta la vista atrás, creo que ése fue el segundo error de diciembre.
- El crecimiento y el empleo. ¿En qué quedamos: cuál es la prioridad, crecer para crear empleo o reducir el déficit público? Y aquí ya se enlearon. Era patético escuchar a Sorayita como a Fernández de la Vega, o a De Guindos usar el pinche símil del barco, el timón, la navegación y todo éso que tanto le gustaba a aquél. Dizque con su flamante acuerdo para pagar a proveedores van a mantener no sé cuántos cientos de miles de empleos. Es fundamental la reforma financiera, para que los bancos vuelvan a dar crédito a las PYMES. Pero ¿cómo vas a pagar a los proveedores sin aumentar el déficit público? ¿Cómo vas a obrar el milagro del crédito? Con la reforma financiera.
- La banca. Cinco años tirando no fueron suficientes para barrer la basura que había debajo de las alfombras, pero parecía que la reforma de febrero iba a obrar el milagro, aunque fue muy sospechoso que los bancos estuvieran tan contentos con ella. En mayo lanzaron otra, dicen unos que al dictado de Botín (Santander), FG (BBVA) y Fainé (Caixa Bank). Pero en mayo explotó Bankia. Rodrigo Rato, el pirómano, le tenía guardado a Rajoy un regalito. ¡Jo, tío! Los primeros cálculos que hace el gobierno estiman el agujero entre 7.000 y 10.000 millones. Venga, va. De Guindos da su horquilla en el Congreso. Pues no: 23.000. Un día después, Goirigoizarri, el bombero designado por Rato, corrige al ministro. El jefe, o sea, del ministro, o sea, Mariano, lo da por bueno. ¡No me fastidies! ¿Quién me asegura que esta cantidad es la buena? Peor aun: ¿qué nuevas sorpresas me guardas en Catalunya Caixa, en Novagalicia Banco, en el Banco de Valencia, en Unnim? Oye, tío, ¿qué se fumó el Gobernador del Banco de España el día que estimó el agujero de toda la banca en 15.000? Algún tipo de responsabilidad tendrá, ¿no? ¡Y Rato! Con estos amigos, ¿para qué quieres enemigos? Y ¿cómo lo vas a pagar, si sólo tienes disponibles 10.000? Uuuuh, bien fácil, mira: voy a venderle deuda pública a Bankia, para que Bankia le pida prestado el dinero al Banco Central Europeo. ¿Quééééé? The sky is the limit.
LO ENTIENDO BIEN Y QUE PENA QUE ESTEMOS EN ESAS CONDICIONES AHORA ESTOY DE ACUERDO , ME SIENTO ENFADADA ,DESILUSIONADA , PERO A LOS ESPAÑOLES LES GUSTA VIVIR DE OLÈ ,QUE LES QUITEN LO BAILAO ¡
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