Illa, illa, illa Cristiano Maravilla

... y a pesar de este titular en la portada, por primera vez en mi vida compré el Marca. ¿La ocasión lo ameritaba? Soy madridista desde que tengo uso de razón, que diría Solbes. No era un partido trascendente, ni decisivo; tampoco se antojaba un gran partido. Pero ahí estaba, en Madrid, un fin de semana que el equipo blanco iba a medirse frente al Rácing de Santander.

Ahí estaban, calentando, media hora antes. El estadio casi lleno. Ya lo decía Butragueño en una entrevista para TVE, cuando era la gran estrella de aquel gran Real Madrid que nunca ganó una Copa de Europa: en el Santiago Bernabéu no hay crisis; no la hay, si hay buen fútbol.

En el fondo sur, los de siempre, cantando sin parar. Unas veces, el resto del respetable les seguía, otras les abucheaba. La mayor parte del tiempo, indiferencia; sorprendentemente, también cuando tararean el himno del Barça para terminar gritando: Barça, Barça, ¡mieeeerda! La consigna más coreada: La final de Copa no se juega aquí. La única abucheada: Pepe, ¡mátalos!

El jugador más aplaudido cuando dieron las alineaciones: Cristiano. Pero, más que él y cualquier otro jugador, Mourinho. Es algo que no entenderé.

El partido empezó vaticinando una goleada de escándalo y el primer gol no tardó en llegar: Cristiano al minuto 5. Después, el ritmo bajó y el partido se volvió algo cansino, hasta que el árbitro expulsó de forma rigurosa al defensa racinguista Cisma tras ver la segunda tarjeta amarilla en los albores del descanso y Benzema aprovechó para anotar el segundo gol.

Lo mejor, el regreso de Di María. Este jugador es muy hábil, domina su banda como nadie y nos regaló con un zambombazo que entró por el ángulo superior derecho de Toño, el portero del Rácing. Golazo del argentino.

Lo peor, la vuelta de Di María a la enfermería, después de quedarse tendido en el césped tras una jugada intrascendente.

Setenta y cinco mil espectadores presenciamos este triunfo del Real Madrid Club de Fútbol. Mantiene los diez puntos de ventaja al Fútbol Club Barcelona. Este año, sí, parece que la hegemonía d'en Pep se apaga. ¡A ver quién aguanta ao Mou!