Querida M.:
Estoy muy contento porque esta serie de entradas te han servido para entender mejor cómo funciona la democracia en nuestro país y, seguro que para más cosas.
Por fin, la pesadilla terminó. Rodríguez se larga -eso sí, con la vida resuelta, a costa de todos, pero, como decía mi padre, sale a cuenta pagarle a algunos para que no hagan nada. Termina un período negro, dominado por los gobernantes más mediocres y de mayor pobreza intelectual de nuestra historia contemporánea. Se han llevado semejante chingadazo que no creo que se recuperen en los próximos cuatro años. Temos parvo pra rato.
Empieza una nueva.
¿Sabes qué? Me encanta el día después de las elecciones. Los votantes le pueden haber dado la vuelta al país como un calcetín pero, sales a la calle y todo sigue igual, como lo dejaste el día anterior.
El hombre que no tenía nada que decir habló ayer. Su discurso me encantó. Te digo los tres puntos que me gustaron más:
- Estamos ante una hora decisiva de España, (...) y en estos momentos decisivos es cuando se mide el temple de los hombres y de los pueblos.
A los que se encuentran en circunstancias difíciles:
2. Que nadie tenga duda de que todo lo que humanamente se pueda hacer por mejorar su situación lo vamos a hacer y que pensaremos en ellos antes que en nadie a la hora de tomar decisiones.
3. Queremos devolver a los españoles el orgullo de serlo. (...) Lo he dicho muchas veces y lo repito hoy: la nuestra es una gran nación. Pero añado: incluso las grandes naciones a veces se olvidan de lo que son y se dedican a cosas pequeñas.
Por fin España parece que recupera la cordura y hemos votado a un gallego que sabe leer y escribir sus discursos, en un español correcto, sin errores gramaticales ni de sintaxis. En los tiempos que corren es un gran avance.
Así que yo os dejo en paz un rato largo.
Mariano, no tienes excusa.
jajajajajajjaajajjajajajj, no manches !!!!jjajjajajjjajajjjajjajajajajjaja
ResponderEliminarCreo que no hay mejor ejemplo de pobreza intelectual que Mariano Rajoy.
ResponderEliminarComprendo la opinión del Anónimo 2. Siete años en los cuales la mediocridad es norma pueden hacer mucho daño.
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