Los errores de diciembre (y II)

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Cada vez me siento más intruso en este blog de los intrusos, además de que todos parecen haberse ido de vacaciones. Pero ¡no señores, estamos muy activos!
En cierto modo hoy se cierra el capítulo de errores de diciembre del gobierno. Don Mariano ha ido al Congreso a anunciar un paquete de medidas para ahorrar 65 mil millones de €uros en los próximos dos años y medio. Xa veremos.
En la primera parte de esta particular historia me había quedado en la banca, mala entre los malos. Los únicos que son malos tanto en época de vacas gordas como de flacas. Ganen o pierdan dinero.

Y por la banca voy a continuar.

Rodrigo Rato fue el héroe de los años de Aznar, Don José María. Ahora merece ser el villano del año I de Don Mariano. Enfrente de sus narices, o sea, las de Mariano, había una olla pestilente de 23.000 millones de €uros y su ex-compañero no le avisó. Nada volvió a ser como antes -ya lo preconizó hace algún tiempo el señor de Cataluña, molt per-o que molt honorable, Artur. A pesar de que De Guindos, Don Luis, afirmó un día ante los representantes de la soberanía popular que en la olla había unos 10.000 millones de porcallada, un día después el nuevo director le corrigió: Goirigolzarri, Don Ignacio, fue el encargado de desvelar que la podredumbre era de más del doble y que el gobierno iba a poner la pasta. Todo estaba apalabrado. Pobre iluso, tú, que esperabas una respuesta exigente del gobierno.
Lo más molesto de todo ésto es que el gobierno no dé explicaciones. Nadie ha comparecido. En Inglaterra, por ejemplo, el mandamás de Barclays ha ido a explicar al parlamento de Westminster el escándalo de los amaños del LIBOR, o sea, los tipos de interes del mercado interbancario. Sir Rupert Murdoch tampoco ha tenido más remedio que pasarse por allí a dar explicaciones sobre los escándalos de su imperio periodístico. ¿Alguien se acuerda de Miguel Blesa? A MAFO mejor ni mencionarlo, pues pasó por el Congreso para decir justamente éso, que pasaba por allí. Nada más y nada menos.
Un día Domingo Rajoy anunció, feliz, que Europa nos había abierto una línea. Se dio medio vuelta, miró el reloj, si voy por que voy, si no voy por que no voy, carallo fáiseme tarde y a volar -en este caso, a Varsovia.

A tombos desde entonces.

No debió de mostrarse  tan feliz cuando Sorayita no lo estaba dos días antes, en su flamante postura de vicepresidenta portavoz, evitando siete veces, siete, hablar del rescate. Y a mí que empezaba a gustarme su erótica del poder...
Lo que en España ha pasado desde ese nefasto día confirma lo que antes pasó en Portugal, Grecia o Irlanda. La prima se infla como un globo y olvida ponerse a dieta.
Este gobierno debió de hacer todo lo que estaba en su mano para evitar el rescate. Y su jefe tenía todo el poder en su mano para levantar o bajar el pulgar a placer. En la España del 78 nadie tuvo tanto poder como él desde el pasaso 20-N. Pero no quiso ejercerlo.
Para empezar, debió de haber puesto firmes a su ex-compañero de Consejo -de Ministros- y archienemigo, flamante presidente de Bankia, el ente, Rato, Don Rodrigo. Firmes a toda la corte de presidentes autonómicos, casi todos de su partido. El Señor Montoro, Don Cristóbal, chámalle parvo, parece que por fin los hizo entrar por el aro. Pero fue demasiado tarde.
Ahora ya nadie nos cree. Ni al gobierno en Europa, ni los gobernados a sus gobernantes, entre otros. Ha sido no tocarnos el euromillón, Urkullu dixit, y caer por el precipicio, sin ton ni son. Un día hay condiciones, otro día no; un día hay un plan, otro no me gustaría subir el IVA; chámalle parvo ahora dice que hay que subirlo porque habemos muchos españolitos que pedimos facturas sin IVA. Sr. Montoro, Don Cristóbal, ¿no debería usted internar ponerle remedio? Oiga, recuerdo que en uno de sus primeros Consejos de Ministros, este gobierno adoptó medidas para luchar contra el fraude fiscal. Más fácil es subir el IVA que despedir al ejército de empleados interinos que pululan por las administraciones públicas.
No es cierto que las circunstancias hayan cambiado. Marito, ¿cuándo se jodió el Perú? El Perú no lo sé pero España tampoco.

Ah, falta dar una opinión.

En primer lugar, sobre la actuación de este gobierno, se ha visto arrastrado inexorablemente por los acontecimientos. Sí sabía cuáles eran las circunstancias y falló en explicarlas claramente desde el primer día, primer error: el déficit heredado. El gobierno de España tenía unos compromisos para dejar de gastar a lo pendejo y controlar su propio gasto; sobre éstos, no fue claro. Falló la comunicación. Falló en la profundidad de las medidas de reducción del gasto público. Falló también en el diagnóstico real de la banca y falló, por lo tanto, en la solución que propuso.

En segundo lugar, sobre las medidas anunciadas hoy, aunque son muy duras, quizá no sean suficientes. Sí, el IVA ya está muy alto, sí. Pero sólo para los que piden facturas con IVA. No comparto ya las medidas de aumento de impuestos porque hay mucha muchísimas tela donde cortar. Las medidas de reducción del gasto se quedan cortas porque no atacan el problema esencial: la estructura del estado, la ineficiente, enorme y descoordinada burocracia de la que nos hemos dotado. No entiendo cómo es posible que se sigan construyendo AVEs a diestro y siniestro, ni que se anuncia que no se va a cerrar un solo aeropuerto. Ahora se dice que se van a privatizar. Pues a ver quién compra el de Badajoz, el de Ciudad Real o el de Castellón...
Hoy me he enterado que los funcionarios públicos son la caja de ahorros del gobierno. Angelitos... Se les va a poner a trabajar más horas, ¿haciendo qué? ¿Qué se va a hacer con todo el personal interino? Doña Esperanza, buena como es, prefiere reducir el sueldo a todos que no despedir a sus 44 mil pollos interinos. Pues ya os podéis imaginar qué van a hacer los malvados y los honorables... Sí, nunca se les debió de haber contratado, porque ahora nunca se van a ir.

Parece que los mineros tampoco.

Por último en tercer lugar, las medidas tendrán repercusiones muy negativas en la sociedad. Es ésto lo más triste, porque habrá muchísimos justos que pagarán los pecados de otros, después de ver cómo las cosas se van torciendo, lentamente, de forma inevitable, desde hace casi cinco años, más los que quedan para alcanzar el punto de inflexión. El descontento, la desesperanza, crece y es imprevisible lo que pueda ocurrir.

En condiciones normales y, si el país aguanta, el gobierno debe de tomar la iniciativa politica. Es la única que puede coger, porque en la economía tiene muy poco margen de maniobra. Ha de explicarse bien y librarse de las taras que padece después de tantos años de desgobiernos socialistas. Explicar por qué es preferible menos gobierno y más sociedad; menos burocracia y más iniciativa privada. Dejar, de una vez, de disculparse con bobadas del tipo ya me gustaría subir la inversión pública ... estas medidas no me gustan... Sé valiente y explica claramente por qué es mejor un gobierno de derecha y no de izquierda.

Mientras que no tomemos conciencia de lo mal que estamos; mientras no reconozcamos que la culpa es de todos; mientras que nos neguemos a dejar de vivir como nuevos ricos, no hay remedio. Podremos echarle la culpa a MAFO, a Acebes, a Rodríguez, a Rouco, a Merkel o al sistema. Creo que no hay solución y que España está abocada a ser un poquito más pobre cada año que pase, mientras veremos, alelados, que otros países, muchos otros países, hacen felices lo que nosotros hemos renunciado a hacer porque queremos calidad de vida y no compensa.

O no. A lo mejor, me equivoco.