
Como lo leen. La frase, de Don Joaquín Sabina. Desde que tiene que cuidarse y ha tenido que dejar las drogas está claro que no es lo que era.
El daño está hecho, después de siete años de oprobio. Dejará secuelas, alguna de ellas irreparables. Quizá no haya hecho más que acelerar el irremediable proceso de decadencia al que nos vemos atraídos desde hace algún tiempo.
Hace tres semanas, el semanario The Economist se preguntaba cuál sería la España que prevalecerá, e ilustraba su artículo con la imagen que acompaña esta entrada. Pues qué queréis que les diga, no sé si irme de vacaciones a las Rías Altas o a las Rías Baixas. El CIS da siete puntos porcentuales de ventaja al PP sobre el PSOE. Lo peor que le puede pasar a España en este momento es que Pérez vuelva a ganar para su partido estas generales. No es imposible. No sería la primera vez que los amos de la propaganda se salieran con la suya. (Propaganda: forma intencional y sistemática de intentar convencernos que el faisán es, en realidad, una blanca paloma.)
El PP tiene que renovarse, Rajoy ya está muy visto, no viene al caso.
A ver cuál de todos aparece el 20-N a las 20:01 horas. Por culpa de gallegos como él tenemos los demás tan mala fama: que si no sabes si sube o si baja, maloserá, por unha banda xa ves, pero pola outra qué queres que che diga... De momento, ha anunciado para septiembre cuatro soporíferos foros para tratar de salir en los telediarios y decir lo mismo que en su solemne aparición del viernes, o sea, nada. En octubre, agárrense: nueva convención nacional; ¿cuántas van? Pero ¿de qué nación está usted hablando, señor Rajoy? ¿Alguno de sus foros tratará el artículo 2 de la Constitución española o de su título VIII? No confundir con el protagonista de la serie Los Tudor.
A ver cuál de todos aparece el 20-N a las 20:01 horas. Por culpa de gallegos como él tenemos los demás tan mala fama: que si no sabes si sube o si baja, maloserá, por unha banda xa ves, pero pola outra qué queres que che diga... De momento, ha anunciado para septiembre cuatro soporíferos foros para tratar de salir en los telediarios y decir lo mismo que en su solemne aparición del viernes, o sea, nada. En octubre, agárrense: nueva convención nacional; ¿cuántas van? Pero ¿de qué nación está usted hablando, señor Rajoy? ¿Alguno de sus foros tratará el artículo 2 de la Constitución española o de su título VIII? No confundir con el protagonista de la serie Los Tudor.
Enfrente, Pérez. El vínculo entre el primer círculo y el segundo. ¡Toma renovación!
En España no salen las cuentas y, al final, es lo único que siempre salen. Hay que meter la tijera en todos lados. Rodríguez se ha vendido a los mercados. No hay mano negra, no, lo que hay es mano invisible. Somos todos los que usamos un banco o una caja, pedimos un préstamo o contratamos un depósito. Ni más, ni menos. No, Merkel no tiene la culpa, ni el gran capital internacional, ni el grupo ése que invitó a Rodríguez. La tenemos todos y cada uno de nosotros, por ir de nuevos ricos, al pedir un préstamo, al montar un negocio, al vender nuestro piso para comprar uno al doble de precio, para pagarlo en el doble de tiempo, creyendo que en unos pocos años íbamos a ser el doble de ricos. Por invertir en sellos de correos. Por meter en la hipoteca el coche y los muebles.
Los mercados tratan más duramente a Rumania que a España.
A este paso, ¡a ver por cuánto tiempo!
Estados Unidos tiene más deuda y más déficit que España.
La bolsa de Madrid se despierta somnolienta, hasta que seis horas después Nueva York abre y marca el rumbo. La economía funciona así y no al revés, ¡no puedes estar hablando en serio! La economía mundial se fundamente en la economía estadounidense por dos razones: 1) Porque es la primera economía del mundo, y lo es, porque es la que permite que triunfen los emprendedores, más que ninguna otra del mundo. 2) Porque tiene un sistema judicial independiente; ya puede decir su Departamento del Tesoro que a partir de una fecha determinada dejará de pagar sus compromisos: la última palabra la tendrán los tribunales.
Quedan cuatro meses de agonía.
A Rodríguez le pasó como al Presidente de México en tiempos de la dictadura perfecta, después del dedazo: los teléfonos dejaron de sonar. Aquí, al menos, algo tuvimos que ver los que fuimos a votar el 22 de mayo.
La banda de la porra está de vuelta. Al menos, ahora mi semanario se pregunta si de verdad saben por qué están indignados. El movimiento. ¡Qué manía con la palabrita! Del 18 de julio al 15 de mayo. El 20-N. ¡Movimiento y 20-N, unidos por Pérez! Qué bien nos lo podíamos pasar, si no fuera porque está en juego el porvenir de millones de jóvenes y desempleados, el futuro de una nación entera. El juego que va a dar el alfanúmero, aderezado con el noruego, fundamentalista cristiano, fanático, de extrema derecha. Hombre, ¡por favor! Todo mundo sabe que la extrema derecha colinda con nuestra derecha, extrema. ¡Ay, señor! ¿Qué sería del puño y la rosa sin el caudillo, las peinetas de Aznar, la palabra movimiento o el alfanúmero?
No se crea que ya ganó las elecciones. En 1996, Aznar tenía diez puntos de ventaja y apenas ganó por uno.
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