Al comienzo del año escolar, le pedí a mis alumnos que escribieran sobre algo emocionante que hubieran hecho en verano, y lo ilustraran con un dibujo.
Un alumno relato orgullosamente su experiencia en la montaña rusa, pero no dibujo nada. Cuando le pregunté porque no lo había hecho el niño me dijo: No pude ¡es que no vi nada porque tenía los ojos cerrados!
No entendí el chiste.
ResponderEliminarTan directos y sensibles los niños.
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