domingo, 1 de mayo de 2011

El discurso del rey


En las Islas Británicas han tenido nuevamente una boda real. El Príncipe Guillermo y la Princesa Katherine han congregado en la capital del Reino Unido centenares de miles de ciudadanos encantados de presenciar histórico acontecimiento. Hace treinta años su padre, el Príncipe de Gales y Lady Diana Spencer, congregaron igualmente a centenares de miles de británicos, viendo por primera vez, en vivo y en directo, un real beso de piquito en el balcón principal del Palacio de Buckingham.


Entre ambas bodas, la triste separación de Carlos y Diana, la trágica muerte de ésta, la feliz boda de Carlos y Camilla. Que si Carlos no quería a Diana, que si mató a su ex, que si peligra la monarquía, que si la Reina Isabel se va a saltar a su vástago y mejor que reine William. De momento, los enamorados Duques de Cambridge se van de luna de miel dos semanitas a Australia, para después regresar a dos años sabáticos, en preparación de su real y oficial futuro en la historia de su país. ¡Y la Reina vestida de amarillo en el soberano acontecimiento!


Sólo las monarquías consolidadas se lo pueden permitir.


En momentos de crisis, los pueblos buscan a sus príncipes en busca de aliento y liderazgo. Inglaterra lo encontró en septiembre de 1939 en un histórico y solemne discurso del tartamudo Rey Jorge V cuando en el enésimo desafío de Hitler, Alemania invadió Polonia. Antes había ocupado las cuencas del Ruhr y el Sarre, los Sudetes y después Checoeslovaquia entera y Austria. El país que había claudicado y fue burlado por el führer un año y medio antes en Munich rectificaba el camino y se ponía a la cabeza de la lucha contra el totalitarismo nazi. Ese día, el tartamudo tranquilizó a su pueblo y aceptó el desafío. Cuando apenas nueve meses más tarde Hitler invadió Francia y se encerró, solo, en la tumba de Napoleón, el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte se quedó solo ante la amenaza del tirano. Como muchas otras veces en la historia, se mantuvo firme y ganó.


Cuando en la noche del 23 de febrero de 1981 el Rey Juan Carlos I de España apareció en las pantallas de los televisores de los españoles, con su uniforme militar, dando un discurso, dejó claro a su pueblo que estaba con ellos y no con los rebeldes, a diferencia de su abuelo, Alfonso XIII, en 1923. Ellos pudieron apagar sus televisores, apagar las luces y dormir tranquilos. Me pregunto cuál habría sido la reacción si el discurso hubiera sido contrario a la legalidad constitucional...


Esta película está muy bien hecha y, nos recuerda que las monarquías perduran porque están cerca de sus gobernados. Creo, además, que nos recuerda la razón por la que la monarquía desafía el paso de los tiempos modernos y se muestra como una forma de gobierno sólida y estable. Más barata que alguna repúblicas.

2 comentarios:

  1. En la película del "Discurso del Rey" el profesor del rey, que le ayudó a controlar su tartamudez, para mi fue el protagonista. Y que el rey pudiera dar ese discurso fue como la recompensa o confirmación de que su método funcionaba.

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  2. Pues la vere a ver que tal.
    Saludos

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