En la casa había un corral. Era un corral muy grande, junto a un árbol. Siempre nos subíamos hasta la última rama, hasta que un día mi primo Manolo se abrió la cabeza al caerse y se nos terminó la diversión. Pero llegó un día una burra con su burrito, se pueden imaginar la emoción. Yo veía a mi madre ordeñar a la burra. Hasta que un día dejé de verla. Yo solo escuchaba hablar del niño, que estaba muy malito, muy enfermo. Yo no recuerdo el momento en que me comunicaron que iba a tener un hermanito, solo recuerdo que la leche de burra era para él. La historia de mi hermano es muy complicada, intentaré explicarla lo mejor posible:
A los 45 años tuve una depresión. Fui a una gran psicóloga, con la que hablaba de muchos temas. Un día llegamos al tema de mi hermano. Cual fue mi sorpresa al descubrir que no tenía ni un solo recuerdo de él. Es un caso que yo no entiendo: vivíamos en la misma casa, pero no tengo ni idea en donde dormía, cuando comía, donde jugaba, donde estaba durante toda mi infancia. La mente nos juega malas pasadas. Yo terminé mi terapia, mejoré mis cosas pero me faltó profundizar mas en esa historia, posiblemente logaría descubrir el motivo. Mi primer recuerdo de él es en mi boda. Ahora él esta casado y tiene tres hijos a los que adoro.
Buen microrrelato, con intriga y todo.
ResponderEliminar¿Buscó sus recuerdos preguntándole a la buena memoria de su hermano?
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