miércoles, 9 de febrero de 2011

Reflexiones de la abuela 2: Caminando

Hoy: un día nublado. Salgo a la calle a respirar aire fresco. Vas caminando, caminando sin ver nada. Cuando te das cuenta, todo son intrusos: todos callados, todos con prisa, con la cabeza baja llevando sus pensamientos y obligaciones, el reloj va deprisa, no hay tiempo, tienen que llegar a su destino. Tienen el semblante y los ojos angustiados. No veo niños. ¿Dónde están? Sigues viendo lo mismo que en la mañana y te preguntas: ¿que es esto? ¿en donde estoy? ¿que vives?. Sigo caminando y escucho voces, alguien habla. Me acerco y descubro a un grupo de chicas y chicos. !Que alegría es la juventud¡ Me sentí mas contenta y con más animo. Paso cerca de ellos  y lo que escucho me deja triste. Escuchar como hablan: cabron, chingada madre pues si es una jodida... ¿Que le pasa a la juventud? Que esperan al tener ese vocabulario, ser mejores, sentirse mas hombres o mas mujeres? ¿No se dan cuenta de lo mal que se ven, una mente tan pobre, tan estúpida, a donde piensan llegar?   ¿Cambiarán? Y si ellos no lo intentan la vida de encargará de hacerlo, con dolor y sufrimiento a la juventud un mensaje aprende. Desde hoy no dejes que te den un palo, prepártate y asi no sufrirás.
Cuando me cansé de caminar, me di cuenta de que la intrusa era yo.

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